lunes, 31 de mayo de 2010

Cambio de plan por un BlackBerry


Ichazu Ledezma y sus dos hijas se habían acostumbrado a estar solas para todo. Juntas elaboraron el proyecto de irse a vivir a Euskadi, en España. Y, aunque Estefanía, la mayor de las hermanas, era la más animada para mudarse definitivamente de Venezuela, ella no concretaría el plan: murió cuando la atacaron para robarle el BlackBerry.

Eran las 2:00 de la tarde del 15 de mayo cuando, la chica regresaba a su casa, en el edificio Lamare, en la calle 14 de La Urbina. En la mano apenas llevaba una bolsa de pan, su monedero de rallas y el BlackBerry. Su teléfono sonó y ella, poco temerosa, respondió sin preocuparse. Estefanía hablaba mientras unos sujetos en un Volkswagen Gol gris oscuro se pararon a su lado exigiendo el aparato.


Una vecina escuchó un grito, y corrió a la ventana: creyó haber visto a la chica forcejar con uno de los hombres del carro.

En la calle Estefanía entregó el teléfono. Un instante después reaccionó, se echó sobre el capó para impedir que se fueran con el teléfono con el que tenía apenas dos meses.

El chofer del Gol maniobró en zigzag para deshacerse de Estefanía. Al caer al suelo se golpeó la cabeza.

A Ichazu la avisaron que una joven estaba herida en la calle y ella, más temprano, había visto a la hija de la conserje en la entrada del edificio. Estaba nerviosa, al llegar a la Planta Baja vio a la conserje. Ambas, en medio de los nervios, tenían algo que decirse.

- Maribel mataron a tu hija –dijo Ichazu.

- No, fue a la tuya – respondió Maribel.

Los gritos de ambas siguieron hasta la calle. Dos policías de Sucre levantaban a Elizabeth que estaba desparramada en el suelo. Cuando alcanzaron a meterla en la patrulla, Ichazu aclaró que no tenía seguro, en el hospital de El Llanito no tenían tomógrafo… Ya estaba en coma cuando la familia la trasladó a la clínica Ávila. Cinco días después murió sin haber recuperado la conciencia.


En la calle 14 al menos tres personas han sido asesinadas. Los vecinos cuentan cada caso de muerte como la biografía del lugar. Pero a esas historias suman las de la embarazada que la asaltaron con un cuchillo; o la de la conserje que iba con su hija y fue seguida por motorizados que pretendían robarla, pero ella se negó.

Mientras eso ocurría Ichazu fue comprendiendo que esa violencia tarde o temprano las alcanzaría.

A la chica le habían regalado el BlackBerry en su cumpleaños el 5 de marzo pasado. Desde entonces Maribel, la conserje que la vio crecer, le solía advertir que no lo sacara en la calle.

Los asesinos solo se llevaron el teléfono, cambiaron el “sim” del equipo y se dispusieron a usarlo.


La madrugada del jueves 27 la policía llegó a la casa de los asesinos en el barrio Campo Rico, muy cerca de La Urbina.

José Luis Hermoso García, de 20 años, Fernando Antonio Cavas Vázquez, de 28 y dos menores de 16 y 17 años, buscaban, una víctima en La Urbina… Así lo hacían habitualmente. Cuando atacaron a Estefanía ni siquiera estaban armados.


Una menos en el plan

La mamá y la hermana de la chica nunca volvieron al apartamento en el que vivían hacía unos 20 años, la edad de Estefanía.

Desde su muerte Ichazu espera en casa de un tío a que lleguen los primeros días de junio y con ellos el pasaporte español de Vicky. Con él ambas se irán definitivamente a España. Aunque el plan original era mudarse en septiembre, sin Estefanía no tiene sentido esperar.


Vicky, la hermana de Estefanía, tiene 18 años. Cuenta que tenían una relación única: eran las mejores amigas, compartían amigos, compañeros de clases.

- Éramos las hermanas Ledezma contra el mundo.


Ahora sólo siente rabia e impotencia.

Ichazu no quiere hablar. Hace 15 años perdió a su esposo. Sus suegros vivían en Altamira y el papá de las niñas solía ir a pasear en bicicleta por la Cota Mil. Un día bajaba a casa de sus padres y un joven en patineta se atravesó en la vía, cuando trató de maniobrar cayó de la bicicleta y se golpeó la cabeza. Murió de inmediato.

Desde entonces Ichazu y sus hijas se unieron cada vez más. Las tres eran amigas y las chicas se sentían libres de hablar con su mamá de lo que fuera.

A sus 20 años Estefanía esperaba poder hacer en España lo que más le gustaba. Pensaba en ser modelo, en diseñar ropa o ser actriz. Sentía que allá sus posibilidades eran ilimitadas…

1 comentario:

  1. Hasta cuando viviremos esto si ha de llamarse vida, hasta cuando tanta delicuencia. Dios tenga en la gloria a Estefania. Dios y las leyes castiguen con mano dura a los responsables de tantas muertes. Todo por un celular?

    Eso vale una vida, acaso los delicuentes no tienen familia, hijos, hermanas, hermanos o padres

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